Testimonios
Montserrat
18 años
"Antes de tomar el programa Despliégate Segura y Tranquila, sentí que todo me agobiaba y que estaba muy cansada. Sentía que todo era más difícil y que me costaba más. Sentía que no podía hacer las cosas tan bien como los demás.
¡Me gustó mucho que ella me acompañara en este proceso! Siempre me hizo sentir cómoda y en confianza. ¡Gracias a este programa, empecé a valorar mis logros y a ser menos dura conmigo misma! Son las sesiones en que más rápidamente he avanzado... pude ver muchos resultados y ahora me siento mucho más segura de mis capacidades.
Mi mamá fue la que me motivó a tomar esta ayuda con Paola, y ¡fue una de las mejores decisiones que he tomado!
¿Qué le dirías a una adolescente que se siente insegura, confundida, muy exigida, incluso sin sentido, para que pida ayuda y comience un programa como Despliégate Segura y Tranquila?
Le diría que, lo haga de todas maneras y tome este programa, porque le va a ayudar a ver las cosas de otra forma y va a ser un aporte gigantesco a su manera de relacionarse con ella misma y de enfrentar el día a día. Y a su mamá, le diría que confíe porque con este programa, su hija sólo puede mejorar y avanzar".
Mauricio Chávez
Papá de Valeria, joven de 20 años.
"Antes la relación con mi hija era distante y muy ocasional, debía hacer mucho esfuerzo, buscar motivos, excusas para verla.
Mi hija era muy insegura, miedosa por decirlo de algún modo, no valoraba lo maravillosa y valiosa qué es, muchas de sus decisiones no eran de ella.
Los principales cambios que vi trabajando con Paola, fue que mi hija se acercó a mí y generamos una relación sincera y que se fue haciendo más fuerte, recuperamos el vínculo Padre Hija.
Lo más importante, es que ella se dio cuenta lo valiosa que es para sí misma y su crecimiento. Se empoderó para decir las cosas que siente y hacer lo mejor para ella.
Los Padres siempre queremos lo mejor para nuestros hij@s, pero a veces por dar de más y otras de menos, nos equivocamos, por que somos humanos y estamos aprendiendo a ser Padres y muchas veces sin muchas herramientas para esta gran tarea.
¡Seamos sinceros con nosotros mismos y humildes para pedir ayuda, qué en este caso no solo es una buena ayuda sino que el apoyo de Paola es extraordinario!"
Pamela Calderón
Mamá de Sofía, adolescente de 14 años.
" Mi hija se encontraba con angustia, muy apenada e introvertida lo que nos preocupaba.
Era importante pedir ayuda porque yo tampoco me sentía capacitada en esos momentos, por lo que una amiga me recomendó a Paola.
Con la terapia Sofia logró volver a ser la niña que era, más tranquila y contenta y si bien sigue siendo un poco introvertida, ya no es preocupante como antes.
A esos papás que están preocupados por su hija adolescente y tienen dudas de pedir ayuda, les diría que es muy importante hacerlo a una especialista como Paola porque trabaja de forma sistemática entregándoles herramientas a nuestras hijas para salir de esos estados que nos preocupan. Y nuestra experiencia con Paola nos demuestra que no nos equivocamos en la elección".
Antonia
18 años
"Antes de que Paola me ayudara, no sabía qué me pasaba… no quería crecer…me daba miedo tomar el metro… andar sola en locomoción. Una vez me dio como una crisis y no pude subirme al tren. Me daba miedo salir sola con amigas.
Paola me ayudó a reconocer más mis emociones, me encanta esto… estoy feliz. Ya no me critico tanto y mi mamá también lo hace menos… y cuando lo hace, se lo digo sin miedo a que se enoje… porque también, escucha más lo que le digo. Me trata más como grande, me deja tomar decisiones más por mí… elegir la ropa que uso, aunque sé que a mi mamá le carga cómo me veo, porque antes me decía que me veía gorda y fea, y me daba mucha pena… pero a mí me gusta esta ropa y me siento cómoda.
Estoy más tranquila y puedo salir al mall con mis amigas y pasarlo bien. Este año salgo de cuarto medio y el próximo año voy a la universidad y cuando me acuerdo, me pongo ansiosa porque no voy a conocer a nadie, pero ya no tanto cómo antes.
Me di cuenta, que sí puedo generar buena onda en los demás, ya lo estoy haciendo y esto me gusta mucho… Me siento más segura".
Javiera
15 años, Segundo Medio.
"Antes mi mamá se metía en todo… siempre me decía qué hacer y nada de lo que hacía le gustaba, se enojaba por todo… Me molestaba hasta cuando estaba en el baño porque me demoraba; no me dejaba cerrar la puerta de mi pieza, revisaba mi celular, no podía hablar con una amiga sin que estuviera escuchándome. La tenía encima para todo, que lo que comía, lo que me ponía, que no me pintara, que la falda muy corta, que el peto apretado… ¡Me sentía pésimo con ella!
Con Paola, esto ha cambiado… mi mamá me escucha más y me critica menos y me dan ganas de hablar más con ella de mis cosas… Ya no grito como antes, ni le miento para que no se ponga cuática… estoy diciéndole lo que siento".
Catalina
17 años, Cuarto Medio.